lunes, 22 de agosto de 2011

CONVERSACIONES CONMIGO MISMO



Hoy es una de esas noches que no puedo dormir, mi cabeza no deja de dar vueltas a las cosas más absurdas que uno pueda imaginar, pienso en todo y en nada.






Hay días en que uno se siente vacío de contenido, otras en cambio hay tanta vida dentro de uno que parece que en cualquier momento vaya a explotar.






No es una noche propicia para filosofar sobre temas profundos, quizá en este momento sólo me interesa encontrarme a mi mismo, volverme a sentir útil. A veces me pregunto ¿que hago para ello?, la respuesta en este momento me parece desoladora pues es más bien poco.






Muchas veces pienso que cuando termine este mes empezaré la búsqueda de mi yo, si de mi yo laboral, hasta ahora no he tenido claro cual iba a ser el camino a seguir, no estoy acostumbrado a estar parado y la verdad no me acostumbro, a llegado ese momento en el que necesito hacer algo, necesito sentirme otra vez persona integrada, no al margen, cuando estaba trabajando pensaba en lo bueno que sería estar unos meses o incluso un año sin pegar ni chapa, pero lo cierto es que ahora que lo he probado, tengo más que suficiente para darme cuenta que soy un animal social, que necesito relacionarme con el mundo y ahora me siento como un alienigena , extraño en mi propia existencia.






Bueno voy a entregarme a los brazos de Morfeo en búsqueda de algo de inspiración o por lo menos soñaré que trabajo en algo que me guste y al menos en sueños seré feliz laborablemente hablando, pues afortunadamente en el resto de mi vida lo soy, sólo necesito llenarme nuevamente de vivencias, de anécdotas, de triunfos y fracasos, de metas , de salidas y de esperanzas.

viernes, 19 de agosto de 2011

EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS NECIOS



¿Como narices hemos llegado hasta las más altas cotas de la necedad?, ¿como es posible que nos llamemos seres humanos cuando debieramos llamarnos seres consumistas y económicos?.




Lo que menos nos preocupa es el bienestar de todos los hijos de la tierra, y si nos preocupa nuestro propio bienestar aunque sea a costa de que otros mueran miserablemente sin tener nada que llevarse a la boca.





Es lamentable que nos preocupe tener una televisión de plasma o un mejor coche, mientras en el telediario vemos como miles de personas llegan en pateras a nuestras costas escapando del infierno, y aún oimos comentarios, voces que los etiquetan como los delincuentes del futuro.





Hemos perdido el norte, vivimos por y para la sociedad de consumo, y sólo ahora empezamos a darnos cuenta que ésta se viene abajo. Deberiamos haber construido una sociedad mundial en que las riquezas fueran repartidas por igual, en que no hubiesen ni pobres, ni ricos, en que nadie muriese de hambre o le faltara ropa o casa, deberíamos haber trabajado para nosotros como especie, no para empresas o gobiernos corruptos al servicio de las multinacionales.




Hoy más que nunca se necesita una revolución, la revolución de la humanidad. Hoy más que nunca hay que cambiar el mundo, si no lo hacemos iremos directos hacia nuestra auto-destrucción.