jueves, 8 de julio de 2010

CREER




Parece ser que hace más de 2000 años existió una persona sobre la tierra que cambió al menos la concepción del mundo tal y como lo conocíamos, una persona al que se le atribuyo poderes divinos, posiblemente se trataba de la publicidad de la época, un reclamo para hacer atractivo y extender de esta forma su mensaje.



Aunque históricamente las referencias a su persona son ínfimas, cuando no nulas y dicifilmente situables, es innegable el impacto que su persona y su doctrina produjeron en la sociedad de su tiempo y siguen produciendo en la nuestra.




Una persona inquietante para la sociedad eclesiástica de Judea que había conseguido grandes beneficios de sus invasores los romanos y que bajo ningún concepto quería ver rota su hegemonía espiritual y económica que esa alianza contra natura garantizaba, montando un sainete de relación amor odio entre unos y otros.



Un mensaje osado donde se sustituía la ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente) por el amaros los unos a los otros (incluso los enemigos) o poner la otra mejilla, algo totalmente impensable, un intento de cambiar la sociedad a través de la no violencia, un intento de que todos se preocuparan de todos, sobre todo de los más desfavorecidos, algo que podía romper la configuración clasista imperante.




Mientras fue no más que una secta no resultó peligrosa, principalmente para el invasor, pero con la ganancia de adeptos seducidos por tan novedosos mensajes, se podía perder el control ejercido por Roma a través de la iglesia judía que era la que realmente controlaba al populacho, es por ello que utilizando técnicas más propias de de la CIA actual que de una sociedad religiosa, supieron invertir y manipular los pensamientos, sentimientos y deseos de las masas, induciéndolas hacia el desprecio y el odio para con una persona que sólo pretendió cambiar los sentimientos del mundo.


Jesucristo era un hombre, no un dios, un revolucionario con un gran mensaje, una persona que quiso cambiar las cosas, tras su muerte sus seguidores convirtieron sus palabras en una iglesia que era precisamente contraria en la mayoría de sus aspectos a lo que él pretendió.



Quiero finalizar, confesando que soy ateo por la gracia de Dios, de un dios vengativo, de un dios castigador, capaz de provocar diluvios que arrasan la tierra por la razón de que las cosas no salieron como esperaba, de un dios capaz de convertir en estatuas de sal a los que dieran rienda suelta a su libertad sexual, del dios del ojo por ojo diente por diente.

SI CREO EN ALGUNA COSA ES EN ALGUNAS PERSONAS.





9 comentarios:

  1. Entonces, considerate un hombre afortunado, no todos pueden decirlo EN MAYÚSCULAS.

    Muxu bat

    ResponderEliminar
  2. Yo hace tiempo que no creo en nada.Como dijo buñuel....soy ateo por la gracia de Dios
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  3. Pues ya somos tres, a mi también me cuesta muchisimo creer en un Dios. Me apunto a "la secta de los ateos" jejeje!!

    Un besote

    ResponderEliminar
  4. Pienso que todo el mundo cree en algo, sea en la ciencia, sea en si mismo o sea en otras personas, es cierto que muchas veces sufrimos decepciones inesperadas, pero ¿es posible no creer en absolutamente nada?

    Un beso a todos.

    ResponderEliminar
  5. Soy afortunado Kaoki, no tengo dudas en ello,pero las cosas no son inmutables, aunque desees que lo sean.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Gata, en este mundo somos bastantes más de tres, ahora nos viene muy bien que te puntes tu también. ja,ja,ja.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. ...yo tambien me apunto Iñigo. como dice la canción.."...gràcies a déu ara m'he fet ateu..."

    un besito

    ResponderEliminar
  8. Veo que va aumentando el número de seguidores.Me alegro mucho.Como tú, tengo la suerte de creer en algunas personas,las que por suerte siempre están y estarán, con eso ya me siento afortunada.
    Gran revolucionario Jesucristo, una pena que todo su mensaje se haya manipulado hasta el punto de ser justo lo contrario de lo que predico.Bueno ya sabes, los de siempre con darse unos golpecitos en el pecho y entonar el mea culpa ya se quedan tranquilos.A Dios rogando y con el mazo dando...

    ResponderEliminar