miércoles, 23 de junio de 2010

DESPROPOSITOS ENCADENADOS


Cuando mi hermano mayor dejó por necesidades imperiosas la casa que había sido nuestro hogar desde pequeños, se traslado junto a negrita (su gata) y la novia de un amigo a otra vivienda de alquiler algo más nueva pero que necesitaba una mano de pintura y algún que otro retoque más, no recuerdo bien si era un 4º o 5º piso sin ascensor, pero cubría sus necesidades, que no eran otras que almacenar todos sus objetos preciados y pasar los fines de semana, puesto que entre semana trabajaba( y sigue haciéndolo) en Vila-Real.




Estuve ayudandole a tapar agujeros y a pintar, lo cierto es que aparentemente quedó bastante bien, aunque no tuvimos la precaución de encintar los interruptores de la luz, la pintura fue goteando introduciéndose por una holgura entre la pared y el dichoso interruptor, lo cual produjo un cortocircuito, quemandose y derritiéndose, quedando como un amasijo chorreoso de plástico, que según dijo el electricista que vino a repararlo jamas en su vida había visto algo igual. Tras ese pequeño incidente mi hermano quedó perfectamente instalado.




Llegó el sábado siguiente y lo acompañé a su casa, ya llegando al rellano, escuchamos un sonido sospechoso procedente del interior de la vivienda, fue al abrir y pisar dentro de la vivienda cuando "CHOF", estaba inundada de agua, como se escuchaba un chorro corrimos hacia él, buscamos la llave de paso y la cerramos, el espectáculo era totalmente dantesco, había más de un palmo de agua, empezamos a recogerla con cubos, mantas para empapar y hacer más sencilla nuestra tarea, entramos en una de las habitaciones contiguas a la cocina donde estaba la nevera, la cual estaba conectada a un prolongador que se encontraba totalmente sumergido por el agua y negrita también había hecho su contribución al desastre, pues había hecho sus necesidades más solidas debajo de un sillón y en ese momento flotaban a merced de la corriente producida por la inundación, abrimos la nevera para sacarlo todo y allí apareció ante nuestros ojos, un nuevo museo de los horrores, un cazo con cera para depilarse que llevaba incluidos los pelos, ¿que harían allí? ¿refrescarse?, también un plato que parecía algo así como arroz con acelgas, eso si petrificado, de hecho le dimos la vuelta y golpeamos con fuerza el dichoso plato, pero su contenido ni se inmuto, todo ello por cortesía de la compañera de piso de mi hermano. Recogido el agua y los excrementos flotantes y resueltos una vez más los incidentes, todo volvió a la normalidad.




Paso algún tiempo y decidió celebrar su cumpleños, eramos bastante gente, habíamos preparado sanwichs y algunos canapés (dos de ellos con sorpresa), había bebidas y música, la tarde noche fue transcurriendo divertida, dos amigas que se habían pasado la tarde charrando sin prestar mucha atención al entorno, sufrieron el humor de mi querido hermano pues les ofreció los últimos dos canapés que quedaban, argumentando que no los podían rechazar, pues no habían probado bocado en toda la tarde y no le podían hacer ese feo, aquellas dos inocentes criaturas comieron dos exquisitos canapés de comida de gato (negrita) sin rechistar, y a Juzgar por su expresión diría que les gusto y todo.




Se hizo de noche, sacamos champán para brindar y comer la tarta, y he aquí que un amigo se empeño en abrir la botella cortando el cuello de la misma con un machete (algo muy lógico, no veas), salió al balcón apoyó la botella sobre la barandilla y asesto un golpe con el filo del machete, la botella resbaló precipitándose hacia la luna trasera de un coche aparcado justo debajo, el estruendo fue ensordecedor, todos los vecinos salieron a las ventanas, nosotros hicimos como ellos, "¿que ha sido eso?, ¡parece que han tirado una piedra!, ¡gamberros!.


Decidimos que había que recuperar la dichosa botella, pues era lo único que podía incriminarnos en tan desafortunado incidente, así que bajamos, una vez llegados a la calle observamos con precaución todos las ventanas y balcones, tras asegurarnos que nadie miraba, nos acercamos a la luna trasera del coche, sorprendentemente la botella estaba intacta, más cuando la luna estaba totalmente destrozada, conseguimos sacarla y la metí bajo la camiseta, subimos nuevamente a la casa,por las escaleras nos cruzamos con unos vecinos y al saludarlos se me resbaló la botella al suelo, tampoco se rompió, pero ese pequeño fallo podría habernos incriminado, no fue así.


El cumpleaños finalizó, nunca supimos más del coche, nadie nos incriminó, con el tiempo tanto mi hermano como su compañera de piso siguieron destinos distintos, ¡LASTIMA! ¡TODOS ESPERÁBAMOS UN NUEVO MUSEO DE LOS HORRORES!

3 comentarios:

  1. Recuerdoperfectamente todos esos incidentes.¿Como olvidarlos?
    Un abrazote

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  2. Recuerdo perfectamente esos incidentes¿como olvidarlos?

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  3. Jamás serán olvidados, ni siquiera aquellos que he omitido.

    un abrazo

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