lunes, 14 de junio de 2010

EL CAMINO


Todos en nuestra vida perseguimos algo, muchas veces ni siquiera sabemos que o por que, pero lo cierto es que así es.



Es como si tuviesemos una marca de nacimiento que nos impulsa, un algo especial que nos inclina hacia una cosa u otra.



Unos llaman a esto vocación, otros nos dicen que es el destino, otros que cada uno desde pequeños tenemos una habilidad especial para desarrollar ciertas habilidades en los temas más diversos, complejos o sencillos, eso es lo de menos.



Hay gente especialmente dotada para el calculo o la música, otros para la literatura y las lenguas, y siendo que todos estamos especialmente capacitados para algo en concreto, mucha gente nunca es capaz de encontrar que es eso especial, cual es su marca de nacimiento.



La pregunta es realmente ¿nacemos para algo? o ¿tenemos algún fin?, ¿es nuestra educación o nuestro entorno el que nos dirige a desarrollar esas capacidades?.


Evidentemente y por años vividos creo que cada uno tiene cierta facilidad para desarrollar una actividad en concreto, pero también no es menos cierto que es más fácil hacerlo y descubrirlo en los países desarrollados que son al fin y al cabo los que te dan los medios para poder hacerlo.



Eso no quiere decir que no surjan en otros lugares personas que destaquen como científicos, escritores, músico, pintores o filósofos entre otras muchas habilidades o disciplinas.



Ahora bien, ¿existe el destino? ¿todo tiene una razón de ser? o ¿todo es una mera casualidad?. Sí todo estuviera predestinado, seríamos esclavos de nuestro destino, puesto que no seríamos nosotros los que eligiríamos el camino a seguir, sí fuera producto de la casualidad, también lo seríamos, puesto que no tomaríamos decisión alguna, el azar se encargaría de ello. Pienso pues que todo es una mezcla de varios componentes, nuestras decisiones que si son nuestras se ven influenciadas en cierta forma por la casualidad y también por nuestras capacidades innatas hacia ciertas habilidades, siendo nuestro entorno el factor determinante para llegar a nuestra meta.



Pero, ¿que determina que nuestro entorno sea el adecuado?, podríamos haber nacido en un país Europeo o por contra haberlo hecho en la franja de Gaza, eso no lo elegimos nosotros, ¿quien lo elije pues?, la respuesta podría ser ¿nuestros padres?, quizá tampoco ¿quien nos dice que seríamos los que somos sí nuestros padres decidieran sobre ello?.


Lo que es seguro es que nada lo es, ni siquiera lo que parece más claro y evidente, por tanto seamos quien seamos, hagamos lo que hagamos y nos encaminemos hacia donde lo hagamos, lo más importante es que lo hagamos, lo seamos y nos encaminemos hacia donde nos dicte nuestra razón, nuestra conciencia y sobre todo nuestros sentimientos.


2 comentarios:

  1. No creo para nada en el destino,aunque si en los condicionamientos(biologicos o geograficos) que pueden marcar nuestra vida.
    A partir de esos indudables condicionamientos cada uno debe trazar su camino lo mejor que pueda
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  2. Yo tampoco creo en el destino, pero si en las casualidades......

    ¿NO ES NUESTRO MUNDO PRODUCTO QUIZÁ DE UNA CASUALIDAD?

    Un abrazo

    ResponderEliminar