jueves, 10 de junio de 2010

UNA PEQUEÑA TONTERIA


Somos tres hermanos, yo soy el pequeño, desde el principio de los tiempos (desde que me alcanza la memoria) he sido el más travieso, el más movido y seguro que el más vago.


Mis pequeñas fechorías eran consecuencia directa de mi vagancia, puesto que era complicado para mi estar sentado frente a un libro más de media hora, (me entraban grandes picores por todo el cuerpo) me dedicaba a otros menesteres para mi más provechosos.


Uno de mis pasatiempos consistía en no dejar estudiar a mi hermano (¿sería remordimiento?), para ello utilizaba una tapa de cacerola de color rojo a modo de escudo y un palo de escoba como lanza, irrumpía de golpe en la habitación donde estudiaba mi hermano voz en grito, causándole al pobre una irreprimible irritación o ponía la música a un volumen excesivo. Muchas de esas veces utilizaba un micrófono para grabar canciones o para decir tonterías, una de ellas en que me pasaba de decibelios intervino mi madre interrumpiendo mi grabación, enojado en modo supino y de forma espontánea espete ¡CERDA!, lo que yo no podía imaginar era la reacción de mi madre.


¡LA PUTA, ¡ES QUE TE MATE!, ¡ME CAGUEN LA PUTA YA!, ¡ME AGARRA EL ATAC O ASCOMENSE A BOFETAES!, ¡ME CAGARÍA HOMBRE!.



Apague de inmediato el aparato y le pedí perdón, ¡menuda fiera!, pasó algún tiempo, un sábado por la mañana me encontraba en la salita con mi hermana escuchando música, una canción, otra canción, cuando de repente se interrumpe todo y se oye: ¡CERDA!, ¡LA PUTA ES QUE.........!, al escuchar aquello que ignoraba se hubiera grabado, los dos empezamos a reír sin poder parar, mi madre que estaba próxima también lo escucho, se acerco rauda y veloz diciéndome "borra eso inmediatamente", que gran error cometió, pues utilizaba la dichosa cinta como chantaje (no para obtener réditos económicos) "¿puedo ir aquí?", "¿puedo ir allá?", si la respuesta era negativa, "a la abuelita le puede interesar escuchar esta cinta", anunciaba con todo el retintín posible, se ponía nerviosa y algo inquieta, pero si tenía que decir no, lo decía y yo jamás utilice esa grabación, pues en realidad se trataba de un farol, no obstante aquella chorrada pasó a ser historia familiar y aún hoy en día 35 años después, cuando se disgusta por algo, soy yo el que le digo ..........


¡LA PUTA ES QUE TE MATE!, ella sonríe y me dice "que me harías para que me enfadara de esa forma" , que travieso era yo y que buena era y es mi madre.

3 comentarios:

  1. Ja,ja,ja.....si me acuerdo como me jodias el estudio.Y lo de la cinta tambien por supuesto....un gran documento sonoro que por desgracia debe haberse perdido ya.
    Y efectivamente confirmo tus dos afirmaciones finales
    Un abrazote

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  2. Lo cierto es que recordar aquellos tiempos resulta muy agradable y en efecto ese documento sonoro se perdio o quizá alguien se encargo de que se perdiera, quien sabe.

    Un abrazo.

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  3. ...molt tendre, encisador...
    un beset. bon cap de setmana!!!

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